El concejal electo de Pilar pretende que ese organismo abastezca a comedores y merenderos comunitarios del distrito. Donarán alimentos supermercadistas locales contactados por el futuro edil. Buscan un lugar para que funcione el depósito.
Decidido a hacerle frente a uno de los problemas que silenciosamente sigue atacando a los que menos tienen, el hambre, el concejal electo de Pilar Walter Roldán avanza en el proyecto de creación de un Banco de Alimentos.
La idea es primero darle vida a una Fundación que administre la recepción y entrega de los alimentos, a las decenas de merenderos y comedores comunitarios que funcionan en Pilar.
Ese Banco se va a nutrir, a su vez, de las donaciones de productos alimenticios que hagan empresas y particulares.
En ese sentido, Roldán ya tiene el compromiso por parte de dos supermercadistas pilarenses de cooperar permanentemente con el Banco, para que haya un flujo constante de alimentos.
De ese Banco podrán recibir alimentos entidades que hagan de merenderos o comedores comunitarios y que sean reconocidos por el Municipio con personería Jurídica.
Pero ante la posibilidad de que haya merenderos y comedores que no cumplan ese requisito, también se prevé que esos lugares sean apadrinados por otras entidades que sí tengan personería jurídica, para permitir que de todas maneras puedan formar parte del Banco de Alimentos.“A veces la necesidad está por arriba de determinadas cuestiones burocráticas, por eso tenemos que accionar medidas que permitan que los alimentos igual lleguen a quienes los necesiten”, apuntó el edil electo de Pilar.
En ese sentido, además de la cuestión burocrática, los comedores y merenderos que pretendan unirse al Banco de Alimentos deberán comprometerse a entregar la mercadería que reciban a las personas que los necesiten, ya sea directamente o cocidos, “en forma gratuita y sin condicionamientos de ninguna índole, como distinciones de raza, religión o políticas”.
Según la experiencia de otros Bancos de Alimentos existentes en la provincia de Buenos Aires, una vez que una entidad solicite ser parte de la red de distribución del Banco, se realizará una visita por parte de los administradores de la entidad, quienes procederán a conocer las instalaciones y asegurarse que haya un lugar apropiado para la almacenar los alimentos, evitando deterioro y posible contaminación por falta de higiene.
Una vez que el comedor comience a recibir alimentos, señaló Roldán, la idea es hacerle un seguimiento periódico, para determinar si la cantidad de alimento y el uso que se le está dando es la adecuada, y si se han agregado o dado de baja cupos. Esto servirá para optimizar el reparto de los productos.
“La idea es que ese banco de alimentos se provea de productos alimenticios que no puedan ser comercializados por diferentes características en su envase o packaging, pero que son perfectamente consumibles. Ya tengo dos supermercados comprometidos para donar ese tipo de mercaderías, sólo falta conseguir el lugar que funcione de depósito”, explicó Roldán.
En ese sentido, además de acelerar la creación de la Fundación, Roldán también está buscando un lugar que permita almacenar los alimentos antes de ser llevados a los comedores, ayudando así a la logística y distribución.
En fines de 2006 unas 50 mil personas de Pilar necesitaban del Estado para poder alimentarse, cifra que coincidía con los niveles de NBI, cercanos en ese momento al 24%.
Sin embargo, en los dos años siguientes esa cifra disminuyó sensiblemente, aunque ahora desde el Municipio admiten que los pedidos de alimentos están volviendo a subir, “aunque lentamente y no en los mismos niveles que hace 3 años”.
Es por eso que Roldán pretende aportar una pieza más que sirva para construir un sistema de ayuda que sea integral y no esporádico.
“Es muy importante ayudar al niño que necesita recibir una buena alimentación. Porque ese chico va a ser de grande, tanto en cuerpo y mente, lo que se nutrió, en alimentos y educación, durante sus primeros años de vida”, concluyó el edil electo.
Más información en www.walterroldan.com.ar
prensawalterroldan@yahoo.com.ar
Decidido a hacerle frente a uno de los problemas que silenciosamente sigue atacando a los que menos tienen, el hambre, el concejal electo de Pilar Walter Roldán avanza en el proyecto de creación de un Banco de Alimentos.
La idea es primero darle vida a una Fundación que administre la recepción y entrega de los alimentos, a las decenas de merenderos y comedores comunitarios que funcionan en Pilar.
Ese Banco se va a nutrir, a su vez, de las donaciones de productos alimenticios que hagan empresas y particulares.
En ese sentido, Roldán ya tiene el compromiso por parte de dos supermercadistas pilarenses de cooperar permanentemente con el Banco, para que haya un flujo constante de alimentos.
De ese Banco podrán recibir alimentos entidades que hagan de merenderos o comedores comunitarios y que sean reconocidos por el Municipio con personería Jurídica.
Pero ante la posibilidad de que haya merenderos y comedores que no cumplan ese requisito, también se prevé que esos lugares sean apadrinados por otras entidades que sí tengan personería jurídica, para permitir que de todas maneras puedan formar parte del Banco de Alimentos.“A veces la necesidad está por arriba de determinadas cuestiones burocráticas, por eso tenemos que accionar medidas que permitan que los alimentos igual lleguen a quienes los necesiten”, apuntó el edil electo de Pilar.
En ese sentido, además de la cuestión burocrática, los comedores y merenderos que pretendan unirse al Banco de Alimentos deberán comprometerse a entregar la mercadería que reciban a las personas que los necesiten, ya sea directamente o cocidos, “en forma gratuita y sin condicionamientos de ninguna índole, como distinciones de raza, religión o políticas”.
Según la experiencia de otros Bancos de Alimentos existentes en la provincia de Buenos Aires, una vez que una entidad solicite ser parte de la red de distribución del Banco, se realizará una visita por parte de los administradores de la entidad, quienes procederán a conocer las instalaciones y asegurarse que haya un lugar apropiado para la almacenar los alimentos, evitando deterioro y posible contaminación por falta de higiene.
Una vez que el comedor comience a recibir alimentos, señaló Roldán, la idea es hacerle un seguimiento periódico, para determinar si la cantidad de alimento y el uso que se le está dando es la adecuada, y si se han agregado o dado de baja cupos. Esto servirá para optimizar el reparto de los productos.
“La idea es que ese banco de alimentos se provea de productos alimenticios que no puedan ser comercializados por diferentes características en su envase o packaging, pero que son perfectamente consumibles. Ya tengo dos supermercados comprometidos para donar ese tipo de mercaderías, sólo falta conseguir el lugar que funcione de depósito”, explicó Roldán.
En ese sentido, además de acelerar la creación de la Fundación, Roldán también está buscando un lugar que permita almacenar los alimentos antes de ser llevados a los comedores, ayudando así a la logística y distribución.
En fines de 2006 unas 50 mil personas de Pilar necesitaban del Estado para poder alimentarse, cifra que coincidía con los niveles de NBI, cercanos en ese momento al 24%.
Sin embargo, en los dos años siguientes esa cifra disminuyó sensiblemente, aunque ahora desde el Municipio admiten que los pedidos de alimentos están volviendo a subir, “aunque lentamente y no en los mismos niveles que hace 3 años”.
Es por eso que Roldán pretende aportar una pieza más que sirva para construir un sistema de ayuda que sea integral y no esporádico.
“Es muy importante ayudar al niño que necesita recibir una buena alimentación. Porque ese chico va a ser de grande, tanto en cuerpo y mente, lo que se nutrió, en alimentos y educación, durante sus primeros años de vida”, concluyó el edil electo.
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