El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ha anunciado la entrada en vigencia del decreto 138/25, el cual pone fin al monopolio de las sociedades de gestión colectiva (SGC) en Argentina. Este grupo incluye a SADAIC, SAGAI, AADI-CAPIF, DAC y ARGENTORES, que hasta ahora tenían la representación exclusiva de los derechos autorales en el país y determinaban las tarifas por su uso.
Según explicó el ministro, este sistema llevaba operando desde el régimen de facto de Onganía hace 50 años y se había perpetuado, llegando a ser ampliado en ciertas etapas históricas. "Liberamos a la cultura argentina del sistema de control estatal que hasta la llegada del presidente Milei nadie quiso desarmar", declaró enérgicamente Sturzenegger.
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Imagen: X de Ministerio de Desregulación |
Detalles y objetivos de la nueva normativa
Uno de los puntos principales del decreto es permitir que los autores y creadores puedan decidir si desean ser representados por sociedades de gestión colectiva o si prefieren gestionar sus derechos de manera independiente. Como ejemplo, Sturzenegger remarcó que bandas musicales o artistas que antes estaban obligados a recurrir a intermediarios como SADAIC para cobrar por sus recitales, ahora podrán recibir esos ingresos directamente, sin intermediarios.
En su cuenta de X, el ministro señaló que el sistema anterior otorgaba al Estado un control significativo sobre los derechos de los artistas. "Este perverso sistema le permitía al gobierno disciplinar a los artistas, ya sea privilegiándolos en el cobro o extorsionándolos, además de constituir una caja financiera considerable", escribió.
El nuevo decreto permite que cualquier entidad pueda competir en igualdad de condiciones con las sociedades como SADAIC. "Si alguien quiere fundar una SADAIC-2 para competir con SADAIC, ahora puede hacerlo", aseguró el funcionario.
Beneficios proyectados
La medida busca fomentar la competencia y la transparencia en el manejo de los derechos autorales. Según Sturzenegger, los autores ganarán mayor libertad y control, mientras que los contratantes tendrán la garantía de que al cerrar un acuerdo particular estarán cumplidos todos los derechos económicos del autor.
Asimismo, la competencia obligará a las SGC a optimizar sus procesos y gastos administrativos. "Antes, con la falta de competencia, podían hacer lo que quisieran, drenando recursos hacia sus gastos internos. Ahora, deberán ser eficientes", concluyó el ministro.
En resumen, esta decisión reconfigura significativamente el panorama de la gestión de derechos autorales en Argentina, estableciendo un marco que promueve la libertad individual de los creadores y abre el camino hacia un mercado más competitivo y justo.
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